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La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el suicidio como el acto deliberado de quitarse la vida. Actualmente, el suicidio es considerado un problema de salud pública, que afecta no solo a los individuos, sino también a las familias y la sociedad en general. Además, de que aún está rodeado de estigmas, mitos y tabúes. A nivel mundial, se estima que cada año, 1 de cada 100 personas, se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio, lo que corresponde a 1 muerte cada 40 segundos.
La mayoría de los fallecimientos por suicidio (77%) se presentan en países de ingreso bajo y mediano. Y se observa que las tasas de suicidio son más altas en hombres que en mujeres (12.6 por 100,000 hombres, frente a 5.4 por 100,000 mujeres). Aunque el suicidio puede ocurrir a cualquier edad, a nivel mundial, es la cuarta causa de muerte entre las personas de 15 a 29 años.
En la Región de las Américas, la tasa de mortalidad por suicidio aumentó 17% en el período del 2000 al 2019, mientras que en el resto de las regiones del mundo dicha tasa disminuyó. En esta región, el 79% de los suicidios se presenta en hombres, lo que corresponde a una tasa de suicidio 3 veces más alta que en mujeres.
Según los datos registradas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, la tasa de suicidios en el periodo de 2020 a 2023 pasó de 6.2 (por cada 100,000 personas) en el año 2020 a 6.8 en 2023. En 2020 el número de fallecimientos por suicidio fue de 7,818, en 2021 fue de 8,351, en 2022 pasó a 8,123 y en 2023, se registraron 8,837 fallecimientos por dicha causa (81.1% hombres y 18.9% mujeres).
De acuerdo con la misma fuente, se observa que los suicidios se presentan más en hombres que en mujeres, en 2020 la tasa de suicidios en hombres fue de 10.5, mientras que en las mujeres fue de 2.2; en 2021, la tasa en hombres fue de 11 y para las mujeres fue de 2.4; en 2022, en los hombres la tasa fue de 10.7 y en las mujeres fue de 2.3. En el 2023 la tasa de suicidios en hombres fue más alta que en los 3 años previos con 11.4, y en las mujeres fue de 2.5.
Cabe señalar que el grupo de edad en el que más se presentan estos fallecimientos es en adultos, entre los 20 y 39 años. Particularmente, en el año de 2023, se observó un porcentaje alto en mujeres de entre 15 y 19 años, sin embargo, la mayoría de suicidios en ese año, se presentó en personas entre 20 y 34 años. De acuerdo con la misma fuente, por entidad federativa, en 2020 la tasa más alta se observó en Chihuahua (14) (por cada 100, 000 habitantes), seguido de Aguascalientes (11.1) y Yucatán (10.2). En 2023, las tasas más altas se ubicaron en Chihuahua (15), Yucatán (14.3), Campeche y Aguascalientes (10.5).
Estas infecciones encabezan la lista a nivel nacional, seguidas de cerca por las infecciones de sitios quirúrgicos (incisionales) y otras complicaciones nosocomiales. Las cifras demuestran que aproximadamente 1 de cada 10 de personas pacientes hospitalizadas contrae una infección asociada a la atención, proporción que puede elevarse hasta un 30% en las unidades de terapia intensiva (2). Ante esta realidad, es fundamental redoblar esfuerzos en la prevención de IAAS a través de protocolos de asepsia, vigilancia epidemiológica y capacitación continua del personal de salud.
A nivel mundial, se han registrado avances en la reducción de los embarazos y partos en la adolescencia; según las estimaciones, se calcula que en 2021 daba a luz antes de los 20 años 1 de cada 25 niñas, mientras que 2 decenios antes daban a luz 1 de cada 15 niñas; siguen existiendo importantes disparidades; en algunos países, cada año da a luz cerca de 1 de cada 10 adolescentes de entre 15 y 19 años.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), reportan que cada día en México más de 1,147 niñas y adolescentes dan a luz, situando a nuestro país en el primer lugar en el mundo de embarazos en mujeres de 10 a 15 años; en 2023 se registraron1,820,888 embarazos, siendo 137,660 nacimientos en niñas de 10 a 19 años, de los cuales 3,000 corresponden a niñas de 10 a 14 años. Existen conductas que afectan a la salud, así como condiciones sociales, económicas y ambientales que impactan directamente el desarrollo de los embarazos, por lo que la atención obstétrica debe ser libre de violencia y humanizarse la asistencia del nacimiento y la lactancia; también, se debe crear un apoyo comunitario según las necesidades sociales, económicas y familiares para garantizar el bienestar de las madres adolescentes y los recién nacidos.
Entre 2018 y 2023, el porcentaje de niñas y adolescentes de 12 a 19 años que estuvieron embarazadas disminuyó, de 8.4% a 6.1%, con datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) Continua 2020-2023; también se mostró una reducción en el porcentaje de niñas y adolescentes de 12 a 19 años que iniciaron su vida sexual, al pasar de 46.2% a 34.7%. Durante el mismo periodo el porcentaje niñas, niños y adolescentes que usaron métodos anticonceptivos modernos en la última relación sexual se redujo de 77.9% a 62.8% y también disminuyó el porcentaje de uso consistente de estos métodos, de 69.8% a 57.1%.
El embarazo adolescente sigue siendo un reto importante en el Estado de México, que entre 2015 y 2022 lideró los casos de madres adolescentes a nivel nacional. Se ha registrado una disminución del 53.7% en embarazos adolescentes entre 2015 y 2023, con cifras que pasaron de 53,433 a 28,692 casos, como resultado de la prevención como estrategia prioritaria; el INEGI señalan que cada día nacen en promedio 78 bebés de madres adolescentes en la Entidad.