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Las últimas encuestas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y los registros de la Secretaría de Salud muestran una serie de porcentajes inéditos, con un impacto mayor en las mujeres. Comprender las cifras y sus implicaciones sociales es el primer paso para exigir políticas más robustas y combatir el estigma, el cual todavía rodea a la salud mental.
A pesar de que 83% de la población mexicana considera su estado mental como bueno o muy bueno -porcentaje más alto entre los países participantes-, también es de las que más padecen una condición de salud mental; según la edición 2024 del Mind Health Report.
El estudio elaborado por Grupo AXA en alianza con Ipsos, indica que los mexicanos no evalúan de manera correcta su salud mental. Ya que 36% de los encuestados mencionó sufrir de alguna condición, cifra que es 8 puntos porcentuales mayor respecto al estudio de 2022 y significativamente mayor al promedio mundial (32%). Esto es aún más evidente en personas con sospecha de padecer una enfermedad grave, puesto que 90% de ellas considera que su salud mental es buena.
Este fenómeno puede estar relacionado con la subestimación de la gravedad de estas condiciones y la falta de un diagnóstico profesional. Puesto que 65% de los encuestados dijeron haber sufrido algún nivel de depresión, ansiedad o estrés, sin embargo, solo 22% han acudido a un psicólogo y 13% a un psiquiatra en los últimos 12 meses.
Y es que personas con alguna enfermedad mental han optado por gestionarla ellas mismas. La proporción que manejan su trastorno por sí mismas aumentó respecto al año anterior (33%, +5 puntos vs 2022) y la proporción de personas que lo manejan con ayuda profesional disminuyó (47%, -7 puntos vs 2022).
Dicha tendencia, también la advierten los especialistas de AXA Keralty, que atendieron cerca 18,200 consultas en las especialidades de psicología y psiquiatría, y significó aproximadamente 4% menor en comparación con 2022. Esto a pesar de que el número de pacientes en las clínicas de este sistema de salud privado aumentó 17% respecto al año anterior.
No obstante, este escenario retrata un inadecuado control del bienestar emocional; ya que 46% de los mexicanos consideran que su condición no está bien manejada, comparada con el 27% del año anterior, y quienes tratan de controlar su condición mental son los más insatisfechos (63%).
Por ello, los expertos en salud mental de AXA Keralty recomiendan acudir proactivamente y de manera regular a un especialista en estos temas para prevenir enfermedades graves y seguir un cuidado adecuado. Los padecimientos más comunes que detectaron durante el año pasado fueron los trastornos asociados a la ansiedad, problemas emocionales y relacionados con el grupo primario de apoyo o la familia.
Panorama nacional 2023-2025
Los datos oficiales confirman que la demanda en cuanto a la ayuda profesional se ha disparado. El Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica registró casi 400,000 consultas por depresión y ansiedad durante 2024, lo que equivale a más de 1,000 atenciones diarias.
La Encuesta Nacional de Bienestar Autorreportado 2024 reveló que el 17% de los adultos reportan síntomas depresivos y el 21% refieren ansiedad moderada o severa. Además, el número de suicidios ascendió a 8,837 en 2023, la cifra más alta desde que INEGI lleva el registro. Cada uno de estos indicadores confirman que la salud mental se ha convertido en un problema de salud pública de primer orden.
Contexto latinoamericano
La Organización Panamericana de la Salud advierte que 1 de cada 4 personas en América Latina tiene, o tendrá, depresión o ansiedad a lo largo de su vida. Después de la pandemia, la prevalencia regional aumentó alrededor de 20% y, aunque algunos países han iniciado planes de acción, la mayoría de los afectados sigue sin tratamiento. México comparte este panorama, pero sus cifras son más altas por el tamaño de la población y las brechas de acceso entre las zonas urbanas y rurales.
Factores de riesgo y brecha de género
Esta crisis no golpea a todos por igual. Las mujeres mexicanas presentan casi el doble de diagnósticos de depresión y ansiedad que los hombres. Entre las causas más comunes se destacan la sobrecarga de cuidados no remunerados, la violencia de pareja y la precariedad laboral.
Por ejemplo, la depresión posparto afecta al 31.7% de las madres. En los hombres, factores como el consumo problemático de alcohol y la falta de redes de apoyo explican una parte importante de la estadística. En ambos casos, la pobreza, la inseguridad y el estrés laboral agravan los síntomas y menguan la búsqueda de ayuda.
Consecuencias sociales y económicas
La depresión y la ansiedad no solo afectan de manera individual, sino que también restan productividad y encarecen el sistema de salud. El Instituto Mexicano para la Competitividad estima pérdidas anuales por ausentismo y presentismo cercanas a los 300,000 millones de pesos.
Por su parte, muchos pacientes terminan pagando las consultas y medicamentos de su bolsillo, lo que equivale hasta el 18% del ingreso familiar mensual en los hogares más afectados. Esta carga perpetúa un círculo vicioso de endeudamiento, estrés y un mayor riesgo de padecer trastornos mentales.
Estas cifras confirman que la depresión y la ansiedad han pasado de ser un problema individual a uno nacional. Esto afecta a muchos y cuesta millones al país. El siguiente paso es hablar sin prejuicios, exigir atención accesible y apoyarnos entre todos. Explora las fuentes oficiales para conocer más al respecto y sumarte a la solución.
En el Estado de México de acuerdo con el Observatorio Mexiquense de Salud Mental y Adicciones, en el primer trimestre de 2025, los Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones (CECOSAMA) brindaron 2,692 atenciones; el 44% correspondió a algún trastorno mental y el resto a casos relacionados con el consumo de sustancias.
Por tipo de trastorno, la depresión es el más común en la entidad, seguida de la ansiedad, la ideación suicida y otros padecimientos. Por grupo etario, los jóvenes y adolescentes entre 12 y 17 años son quienes más recurren a los CECOSAMA, seguidos del grupo de 18 a 29 años.
Uno de los principales problemas que enfrentan los jóvenes mexiquenses es el acceso limitado a la atención psicológica. Aunque existen hospitales y centros de salud que ofrecen consultas gratuitas o de bajo costo, la mayoría no tiene personal suficiente y las citas pueden tardar semanas en asignarse.
Ante la falta de atención pública oportuna, muchas familias optan por servicios privados, que pueden ser costosos y están fuera del alcance de gran parte de la población. La ausencia de atención inmediata provoca que los problemas emocionales se agraven, y en algunos casos los jóvenes dejan de buscar ayuda.
Los Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones (CECOSAMA) ofrecen atención gratuita para la prevención y tratamiento de adicciones, así como talleres educativos, pero no alcanzan a cubrir la demanda ni se enfocan de forma exclusiva en la salud mental juvenil.
De acuerdo con cifras del National Breast Cancer, en México se pronosticó que aproximadamente 316,950 mujeres y 2,800 hombres serán diagnosticados con cáncer de mama invasivo, con un total de 42,170 muertes a causa de la enfermedad, de las cuales 42,011 serán en mujeres y el resto en hombres para este 2025.
Cada año se diagnostican más de 29,000 casos nuevos de cáncer de mama; aproximadamente 1 de cada 7 mujeres mexicanas lo desarrollará en algún momento. El 70% de los casos se detectan en etapas avanzadas, lo que complica el tratamiento y reduce la tasa de supervivencia; la mayoría de los casos ocurre entre los 40 y 59 años.
En 2023, hubo 8,034 muertes por cáncer de mama en la población de 20 años y más, de las cuales 99.5% ocurrió en mujeres. A nivel nacional, la tasa de mortalidad en mujeres de 20 años y más por cáncer de mama fue de 17.9 por cada 100,000. Sonora tuvo la tasa más alta (27.5) y Campeche, la más baja (9.9). En 2021, las mujeres de 50 a 59 años reportaron el porcentaje más alto de realización de autoexploración mamaria (65%) y de mamografía (51.5%).
El cáncer de mama es una enfermedad que se caracteriza por la multiplicación descontrolada de las células de la mama que lleva a la formación de tumores malignos. De no tratarse en forma oportuna, puede diseminarse por todo el cuerpo a través de los vasos sanguíneos y linfáticos y causar la muerte.
MORTALIDAD. Según las Estadísticas de Defunciones Registradas del INEGI para 2024, se registraron 8,450 defunciones por cáncer de mama a nivel nacional, de las cuales el 99.2% correspondieron a mujeres (8,383 casos), de las cuales se estima fueron un 12% mexiquenses.
En México, durante 2023, según las cifras preliminares de las Estadísticas de Defunciones Registradas (EDR), se contabilizaron 89,633 fallecimientos debidos a tumores malignos en personas de 20 años y más. De estos, 8,034 fueron atribuidos al cáncer de mama, lo que representó 9% del total. De las muertes por cáncer de mama en la población de 20 años y más, 7,992 (99.5%) ocurrieron en mujeres, mientras que en hombres fueron 42 fallecimientos, lo que representó 0.5%.
En 2023, a nivel nacional, por cada 100,000 mujeres de 20 años y más, la tasa de mortalidad por cáncer de mama fue de 17.9. Entre las entidades, Sonora registró la tasa más elevada con 27.5, seguida por Chihuahua con 25.2, mientras que las tasas más bajas se ubicaron en Campeche con 9.9 y Guerrero con 11; el Estado de México con 16.5.
El Estado de México en 2023 concentró 980 fallecimientos; Ciudad de México 837; Jalisco 661; Veracruz 508 y Nuevo León 474, estas 5 entidades concentraron 43.2% del total de las defunciones a nivel nacional. Si bien, en 2023 fallecieron 980 mexiquenses; en 2022 se registraron 936; en 2021, 945 y en 2020, 960. El grupo de edad con mayores registros el de 50 a 59 años, aunque se registraron también 23 muertes de mujeres entre los 20 y 34 años.
En 2023, se observó el mayor número de defunciones por cáncer de mama en las mujeres que se encuentran en el grupo de edad de 60 a 74 años, con 2,598. A medida que aumentó la edad, también lo hizo la tasa de mortalidad. Por cada 100,000 mujeres de 85 años y más, se produjeron 85.7 defunciones.
En 2023, 6 de cada 10 mujeres de 20 años y más que fallecieron por cáncer de mama contaban con afiliación en alguna institución de salud. En lo que refiere a la ocupación, 2 de cada 10 trabajó. Por otra parte, 48.2% se encontraba unida (casada o en unión libre), 24.2% soltera, y 22.4% alguna vez estuvo unida (viuda, divorciada o separada) al momento de fallecer.
En 2023, del total de las mujeres de 20 años y más que fallecieron por tumor maligno de mama, 33.5% contaba con algún grado de primaria; 21.2%, con algún grado de secundaria y 19.3% con algún grado de profesional o posgrado. Destaca que casi 6 de cada 100 se encontraban sin escolaridad.
La ENASEM 2021 identificó que 176,672 mujeres de 50 años y más declararon que habían tenido cáncer de mama, lo que equivale a 42.8% de las mujeres que señalaron haber tenido cáncer en algún momento de su vida. Por grandes grupos de edad, las mujeres de 60 a 74 años reportaron la mayor prevalencia, con 62.1%.
De las mujeres de 50 a 59 años, 65% se realizó autoexploración mamaria, mientras que en las de 84 años y más, 18.6% lo hizo. Una tendencia similar se presentó para las mujeres que se realizaron mamografía, con 51.5% y 12.6%, respectivamente.
Comprender estos factores de riesgo genéticos y ambientales nos permite tomar acciones informadas para prevenir las muertes gestacionales, perinatales y neonatales en la medida de lo posible. Las y los expertos señalan que alrededor de dos tercios o más de estas pérdidas podrían evitarse asegurando un acceso universal a cuidados prenatales de calidad, atención profesional del parto y servicios de emergencia obstétrica oportunos (1). Por ejemplo, el manejo adecuado de enfermedades maternas (antes y durante la gestación), las intervenciones para prolongar el embarazo o monitorear al feto cuando hay crecimiento restringido, la prevención y tratamiento de infecciones, y la detección temprana de malformaciones congénitas, son intervenciones que salvan vidas. Igualmente, importante es el apoyo emocional y la sensibilidad: romper el tabú que rodea a la muerte gestacional y neonatal ayuda a que las familias en duelo reciban el acompañamiento que necesitan.
Referencias:
- UNICEF. What you need to know about stillbirths. New York: United Nations Children’s Fund; 10 January 2023: https://www.unicef.org/stories/what-you-need-to-know-about-stillbirths.