Centro Estatal de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades

Secretaría de Salud

Día Mundial de Cáncer de Ovario

Día Mundial de Cáncer de Ovario

El Día Mundial del Cáncer de Ovario se conmemora el 8 de mayo. Esta enfermedad tiene como particularidad la pérdida de control del crecimiento, desarrollo y multiplicación de células ováricas. Cerca del 80% responden a un tratamiento, sin embargo, algunos casos sufren recaídas ya que son diagnosticados en estadios avanzados.

Contexto histórico. En 1829 Robert William realizó las primeras descripciones detalladas de tumores ováricos malignos. Durante ese tiempo las primeras extirpaciones de tumores ováricos comenzaron a realizarse con técnicas quirúrgicas primitivas. En el siglo XX se comenzaron a clasificar distintos tipos e identificar los subtipos, esto gracias a la histopatología. Con la llegada de la quimioterapia en 1950 el tratamiento experimentó avances, ya que la quimioterapia con el uso de cisplatino demostró ser eficaz, por lo tanto, la tasa de mortalidad disminuyó, pero seguían siendo altas por el diagnóstico tardío. En 1990, el campo de la genética molecular descubrió que las mutaciones genéticas BRCA1 y BRCA2 están asociadas a desarrollar cáncer de ovario. A finales del siglo XX, surgieron tratamientos más específicos.

Relevancia científica y social. El descubrimiento de CA-125 (biomarcador tumoral) y la ecografía transvaginal ayudan a la identificación temprana. Asimismo, la identificación de factores de riesgo, los cuales son esenciales para la atención primaria.  A nivel social, aumentar la conciencia pública es clave para mejorar su diagnóstico temprano y promover la prevención.

Impacto en la vida actual. Las mujeres con el diagnóstico de cáncer de ovario les afecta su salud física y emocional, sus relaciones interpersonales, su bienestar económico y laboral. La enfermedad no solo altera la vida de la mujer diagnosticada, sino que también tiene repercusiones en su familia y comunidad.

El cáncer de ovario es la quinta causa de mortalidad dentro de los padecimientos ginecológicos y, en México, es el segundo lugar de incidencias en mujeres de 45 a 64 años; además que el tipo de cáncer de ovario más común presentado en 8 de cada 10 casos positivos es el “carcinoma epitelial”.

Si el cáncer se diagnostica y se trata cuando está localizado únicamente en los ovarios antes de que se disemine a otras partes del cuerpo, la tasa de supervivencia a cinco años es aproximadamente del 90 por ciento. Sin embargo, solo al 25 por ciento de las mujeres se les diagnostica en esta etapa inicial, de ahí que este padecimiento sea conocido como “el asesino silencioso”.

El cáncer de mama igual que el cáncer de ovario no lo puedo prevenir, pero lo puedo detectar muy temprano para brindarle a la mujer la oportunidad de que siga teniendo una vida normal, de calidad y una muy buena sobrevida.

Una mujer puede estar muy tranquila con su cuerpo sin sentir dolor o cambios en sus funciones cotidianas y tener cáncer de ovario; hasta que este cáncer ha evolucionado y está tomando el intestino, la vejiga u ocupando órganos alrededor es cuando da manifestaciones, porque generalmente puede manifestarse en el tubo digestivo con estreñimientos, sangrados o dolor en la pelvis que también llega a presentarse.

Algunas causas o factores de riesgo son del tipo genético, hormonal, problemas ginecológicos previos, estilo de vida, edad y antecedentes en familiares con cáncer de mama, de colon y/o de ovario. No es que exista un factor único determinante, sino la suma de varios factores puede llevar a ello; el único factor determinante que se conoce es el genético y son aquellas mujeres que tienen el gen BRCA1 o BRCA2”.

Una vez detectado el cáncer de ovario, el tratamiento indicado va de acuerdo con la etapa de la enfermedad, siendo más común la “extracción del útero para extirpar los ovarios y las trompas de Falopio” mediante una histerectomía, seguida de ciclos de radioterapias y quimioterapias.

Si se encuentra una masa o un tumor en la pelvis y se diagnostica que es de ovario se hace rápidamente una cirugía; esta cirugía tiene varias funciones que es reducir al máximo la cantidad de tejido tumoral existente, eso se llama ‘citoreducción máxima’ intentando que sea la menor cantidad posible de células tumorales presentes en el cuerpo de la mujer; saliendo de ahí, la mujer será sometida a ciclos de quimioterapia y radioterapia para que se reduzca todavía más la población de células anormales”.

  • Fuente: UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA REVISTA CON EVIDENCIA https://conevidencia.cucs.udg.mx/index.php/conevidencia/article/view/293

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